Solemos
preguntarnos cuánta lejía, cloro, yodo, etc, debemos echar en el agua
para hacer seguro su consumo, pero... ¿qué sucede cuando no tenemos a
mano esos productos químicos, y queremos beber agua dudosa, cuya
potabilidad no está asegurada.
La Naturaleza (siempre atenta a
nuestras necesidades). y la industria más primitiva, nos dan algunas
medios eficaces para no morir de sed... ni de disentería. Veamos
algunos, que seguramente entre todos sacamos el mejor modo de usarlos:
-
Vino. Según lo escrito en la Grecia antigua (en las obras de Homero,
por ejemplo), se sabe que los antiguos griegos, al menos en sus
aventuras guerreras, mezclaban el vino con agua, con el mismo efecto que
los romanos lograban con su vinagre: hacerla más refrescante y segura.
Una prporción que he leído es una parte de vino por cada cuatro de agua.
Es decir, un vaso grande (de 200 ml) de vino por cada litro de agua.
Con este medio, a la vez que el agua es refrescante y saludable,
contiene un valioso alimento, como es el vino.
Para los más
escépticos, decir que en un reciente experimento se mezcló un c.c. de
vino blanco con otro de agua contaminada, resultando que tras cierto
reposo de la mezcla, el vino había acabado con el 99.9 % de los
microorganismos.
- Vinagre... uno de esos productos
"mágicos" que sirven para mil fines, barato, y fácil de almacenar.
Sabemos que los soldados romanos echaban vinagre al agua de sus
cisternas, con el doble fin de hacerla más refrescante, y más segura de
consumir... el calor y el tiempo hacen peligrosa el agua, aunque
provenga de una fuente limpia, y las legiones, en sus marchas,
necesitaban acarrear agua, muchas veces en lugares calurosos, y sin
poder cambiarla por otra fresca.
Falta saber la cantidad exacta de vinagre a echar por cada litro de agua.... seguro que alguien la sabe.
-
Zumo de limón. Se cuenta que los soldados españoles que guerreaban por
Europa central tenían la costumbre de echar zumo de limón en el agua que
iban a beber... como los anteriores productos, el efecto, además de
prevenir daños, es hacer más refrescante el consumo del agua. La
proporción que he probado con agua de varios días (que habís sentado ya
mal a varios) es de dos limones para un litro de agua... y el resultado,
bueno.
Aclaro que no pretendo que estos productos sirvan
para descontaminar el agua corrupta, ni para sustituir el
imprescindible tratamiento (decantado, flitrado, y hervido) para hacer
potables las aguas sucias o estancadas. Sirven, y muy bien, para
desinfectar el agua ya limipia por esos métodos físicos, y especialmente
si está (o debe estar) más de un día en su recipiente. Así, sustituimos
productos químicos dañinos para la salud, como el cloro o el iodo (que
lo son, y no poco), por otros que no solo son inofensivos, sino que
resultan muy beneficiosos para la salud.
Nturalmente
(nunca mejor dicho), la lista está abierta, tanto para añadir más
desinfectantes naturales, como para dar ideas sobre dosis y proporciones
de los tres que hay. ;-)
Ante todo, Supervivencia..... Spain-Survival
