.

domingo, 12 de mayo de 2013

Mi primera navaja (recuperado) - VxVendetta


Hace poco me vi involucrado en una "operación nostalgia" con respecto a la primera navaja de un compañero. Digamos que me tiró de la fibra sensible y, aprovechando una compra a otro compañero y una de las comidas familiares de los domingos -normalmente agravadas por Dry Martini previo y Brandy de sobremesa- me decidí a preguntarle a mi padre por la navaja de mi infancia.
El caso es que la JJ Martínez que me vendió Pascual es -a primera vista- bastante parecida y, cuando mi padre me preguntó "pero tú... ¿cuántas navajas tienes?" le contesté a la gallega, preguntándole, con todo tipo de detalles, por la que me regaló por Reyes cuando tendría 6 añitos.



De esto hace así como 37. Recuerdo en el pasillo las bicis de mi hermano y mía y, colgando del manillar, sendas navajas del ancla.

Punta roma, acero al carbono (detalle que tuve que aclarar, porque mi padre tenía por entonces una de acero inox que, en términos de nostalgia, no mola un carajo), argolla de la que salía una piola de nylon de la que la llevé colgando toda la infancia (salvo al cole, excepto alguna vez que se me olvidó sacarla del bolsillo).

De hecho, cuando mi padre tenía que cortar algo, la pregunta era si llevábamos la navaja, tanto a mi hermano como a mí. Al menos yo solía llevarla.

A eso de los 13 años les pedí a los mismos Reyes un cuchillo de monte -también lo tengo, muy maltratado, me sorprendió gratamente que tanto Antonio1955 (¡toma dato informativo!) como algún otro compañero tienen el mismo modelo- y ya no tenía tanta gracia que me atrajesen los filos.

Recuerdo cuando se le melló la "punta", si es que los pies de oveja pueden mellarse, pero no recuerdo cuando se agrietó por la parte de la argolla. El caso es que muestra su edad en toda su gloria...

A día de hoy, para fines marineros, prefiero el filo curvo y serrado de la Byrd crossbill, pero hay que reconocer que esta fiel ancianita siempre cortó como una campeona y que cortó de todo.

Han sido muchos años de servicio, alguno de descanso (supongo que es inevitable que, cuando los hijos nos vamos de casa, se "ordenen" algunas de las cosas que dejamos atrás) y espero que queden muchos de pieza
notable de mi colección. Éste pretende ser mi homenaje.