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martes, 19 de noviembre de 2013

Cómo preparar la comida deshidratada de acampada (comida deshidratada casera III) // Por "Ciclocampista"

Tras aquel hilo con mi deshidratador adaptado para usar en una calefacción, prometí poner cómo preparo este tipo de comida en mis caminatas.
 
Este sistema está pensado para resultar ultraligero desde la propia comida a la cocinilla con la que la preparamos. La idea es cargar lo mínimo y rehidratar en el sitio con agua potabilizada.
 
Bueno, explico en qué consiste. Para la cacerola, se prepara uno mismo una cobertura aislante. Se hacen normalmente con protectores de parabrisas, procurando que tenga plateado por los dos lados, pegados con cinta adhesiva de aluminio a poder ser. También un paravientos, que en este caso he hecho con un molde para pollos asados y dos clips, no se necesita más. Aquí estoy preparando un té en mi última escapada.
 

 
Se mete el preparado que hayamos hecho en la cacerola, se cubre de agua y se lleva a hervir. En este momento, en vez de seguir gastando alcohol, se retira del fuego sin destaparlo y se introduce en el aislante. De esta manera lo dejamos aislado, podemos apagar el hornillo y recuperar el alcohol sobrante. Se ahorra muchísimo combustible, y contando desayunos (té y copos de avena, o sea dos usos del hornillo), comida y cena, yo he estado 5 días por ahí y no llegué a usar ni medio litro de alcohol de quemar.
 

 
Aquí podemos ver una comida ya esperando dentro de la funda. Podemos ver el hornillo extremadamente simple: el quemador de lata ya tapado para ahorrar alcohol, un trípode de alambre y el paravientos de aluminio plegado.
 

 
El hornillo no tiene por qué ser muy sofisticado. En realidad, el simple culo de una lata vale, será lento, pero da igual. Lo más importante en este sistema para conservar alcohol son el paravientos y la funda aislante. El primero impide que el calor del hornillo se desaproveche y nos lo lleve el viento, además de calentar no solo a la base de la cacerola, sino los laterales del cazo. El segundo permite cocinar conservando el calor una vez llevado a hervor, y no manteniendo el fuego constante.
 
El aislante funciona muy bien. No se quema, pese a ser de plástico, y dura mucho tiempo. No solo sirve para rehidratar, también se llega a cocinar. Unos copos de avena o una pasta se pueden cocinar tranquilamente. Para algunos platos se puede intensificar el efecto envolviendo la cacerola con su funda en el forro polar o alguna prenda que no estemos usando (seguro que ya habéis hecho esto alguna vez para mantener una cacerola caliente con resultados sorprendentes).
 
A veces se deja unos minutos hidratando antes de calentar, a veces se calienta todo directamente, dependiendo de lo complicada que sea la rehidratación, las carnes por ejemplo suelen necesitar remojo.
 
Y así es como se saca el máximo partido a la comida deshidratada para aligerar la mochila. Ahora, todo depende de los platos...
 
Aquí, unos sencillos fideos con carne y tomate, la comida que se estaba preparando en la anterior foto.
 

 
Hay gente que lo hace todavía más simple y usan el mismo sobre zip en el que llevan la comida para rehidratarla. Hacen una cobertura de aislante para la bolsa zip en vez de la cacerola y para rehidratar vierten el agua dentro, cierran la bolsa zip, la meten en el aislante y después comen directamente de ella.