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martes, 2 de abril de 2013

Las Quemaduras, por "Eteria".

QUEMADURAS.

Las lesiones térmicas por calor son muy frecuentes y comúnmente asociadas a lesiones inhalatorias. Una lesión térmica por calor involucra el calentamiento de los tejidos sobre un nivel donde ocurre daño irreversible de éstos. La lesión tisular es proporcional al contenido de calor del agente quemante, tiempo de exposición y conductividad de calor de los tejidos involucrados. Las fuerzas térmicas más usuales son las llamas y los líquidos caliente.

4.1. Clasificación de las quemaduras.
La profundidad de una quemadura depende de la cantidad de calor transmitida a la piel. Esto, a su vez, depende de dos elementos adicionales: la temperatura de la llama, líquido o sólido caliente y de la duración de la exposición a estos elementos.

1° grado– En esta quemadura, solamente está lesionada la capa más superficial de la piel; la epidermis. No hay pérdida de continuidad de la piel, por lo tanto no se ha roto la capacidad protectora antimicrobiana de ésta. Las lesiones se presentan como un área eritematosa y dolorosa.
2° grado superficial. Este tipo de quemadura sólo afecta la epidermis y el nivel más superficial de la dermis. Característicamente, se observan ampollas o flictenas, las cuales constituyen el factor diagnóstico más influyente. El área de lesión se presenta con aspecto húmedo, color rosado y gran sensibilidad a los estímulos, incluso al aire ambiental.
2° grado profundo. Las quemaduras profundas de 2° grado abarcan las capas profundas de la dermis. De manera característica son de color rojo brillante o amarillo blancuzco, de superficie ligeramente húmeda, puede haber o no flictenas y el dolor podría estar aumentado o disminuido dependiendo de la masa nerviosa sensitiva quemada.
3° grado. Estas quemaduras son fáciles de reconocer. Su aspecto es blanco o cetrino, carbonizado, con textura correosa o apergaminada. No hay dolor, debido a la necrosis de todas las terminaciones sensitivas del área. Las quemaduras de tercer grado ocupan todo el espesor de la piel y hasta más profundamente, llegando a quemar grasa subcutánea, aponeurosis, músculos, tendones, nervios, periostio o hueso.

La superficie corporal quemada se mide por la “Regla de los Nueve”, donde:
Cabeza y Cuello.... 9%
Brazos................ 18%
Torso.................. 36%
Piernas................36%
Periné................... 1%

La palma cerrada de la mano del paciente representa el 1% de su superficie corporal, igual para todas las edades Este es un instrumento de evaluación rápida de la extensión en quemaduras pequeñas, en salas de urgencias y para triaje en la escena del accidente.

4.2. Severidad de las Quemaduras

· Profundidad- A mayor profundidad, mayor severidad. Las quemaduras superficiales curan espontáneamente si son tratadas adecuadamente, las profundas requieren de injertos.
· Extensión- A mayor tamaño de superficie dañada, más severa será la quemadura, considerando, también, la profundidad. El resultado final (muerte, desfiguramiento) está relacionado con la extensión. La cantidad de área quemada puede ser calculada utilizando la "Regla de los Nueves" .
· Región Corporal- Una quemadura en un área "funcional" (Ej.: cara, manos, pies, articulaciones, periné) es más difícil de tratar y más propensa a disfunciones y desfiguramientos.
· Lesión Inhalatoria- Puede causar insuficiencia respiratoria severa, la cual resulta del edema y obstrucción del árbol laríngeo-traqueo-bronquial y del daño alveolar.
· Condición de salud previa- Individuos saludables y bien nutridos están mejor "equipados" para sobrevivir a una quemadura severa que aquellos individuos con enfermedades pre-existentes.

4.3. Tratamiento

En el tratamiento de las quemaduras debemos tener en cuenta: ausencia de infección, aporte de oxigeno adecuado, aporte nutricional adecuado y protección de traumas ulteriores

Primeros auxilios: El tratamiento de las quemaduras mayores se inicia en la escena del accidente. La primera medida es detener la quemadura y mantener al paciente separado de la fuente térmica. Lo más inmediato siempre es retirar al herido de la fuente de calor. Es importante evitar que corra, y cubrirlo inmediatamente con una manta o cualquier otra prenda que sofoque las llamas.
Para quemaduras por calor, la aplicación inmediata de compresas frías puede reducir la proporción del daño tisular. Esta aplicación debe ser evitada en quemaduras extensas y en niños, ya que el enfriamiento prolongado precipita peligrosamente la hipotermia. En quemaduras por electricidad, la víctima debe ser retirada de la fuente eléctrica (no se recomienda el uso de objetos que no sean específicos para aislar corriente, ya que ningún trozo de madera, por ejemplo, es capaz de aislar 2.000 voltios). En quemaduras químicas, estas deben ser diluidas con irrigación copiosa de agua, no por inmersión. No intente neutralizar la reacción química ya que ésta producirá más calor.
Así como en otras formas de trauma, el establecimiento de una vía aérea adecuada es vital, por lo que debemos asegurar la ventilación del herido, retirando prótesis dentales si las hubiere y colocando, a ser posible, un guedel en caso de inconsciencia.
Controlar la hemorragia externa si está presente y estabilizar las fracturas concomitantes al trauma es el segundo paso antes del traslado del herido.
Generalmente se sospecha trauma concomitante a quemadura (TCQ) en víctimas de explosión, quemaduras eléctricas, quemaduras en accidentes de vehículo de motor o en cualquier paciente lanzado al vacío desde una altura importante. Las quemaduras deben ser cubiertas con sábanas limpias y secas. Aunque quemaduras de 20-40% Superficie Corporal Quemada (SCQ) pueden parecer benignas al inicio, el shock post-quemadura puede presentarse rápidamente si se retarda la administración de líquido.
En caso de quemados con menos de 15% de SCQ, puede ser reanimado con líquidos por vía oral, tan sólo en caso de paciente cooperador y consciente,
Una vez estabilizado el paciente y notificado al servicio de urgencias correspondiente, la víctima puede ser trasladada a loa mayor brevedad posible.

En general, el tratamiento de una quemadura sigue pasos muy específicos:


Apagar la ropa ardiendo cubriéndola con una manta o con toallas mojadas, y a continuación retirar la ropa si no está pegada a la piel..
Usar agua fría, para neutralizar el calor y controlar dolor en quemaduras de 1º y 2° grado superficial. No utilizar agua en quemaduras de 3° grado una vez neutralizado el calor.
Eliminar agentes químicos con grandes cantidades de agua, irrigando durante 30 minutos.
Es importante evitar la hipotermia. Para ello se coloca al paciente en ambiente tibio de 33° C a 38° C o cubrir con una manta.
No romper las ampollas. Eliminar la suciedad y cubrir la dermis con gasa vaselinada o compresas estériles. No utilizar nunca cremas ni pomadas, salvo que se trate de pequeñas quemaduras que no van a requerir atención médica.
Control del dolor. Administrar analgésicos sólo si el herido está consciente.
Traslado del herido a la mayor brevedad posible.