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domingo, 17 de marzo de 2013

Claves de Galileo, el primer sistema civil de navegación por satélite


  • Los dos primeros satélites han sido lanzado con éxito este viernes
  • Es la alternativa europea al GPS estadounidense
  • Hasta 2019 no será plenamente operativo

El cohete Soyuz con los dos primeros satélites del sistema de navegación Galileo ha sido lanzado con éxito hoy viernes desde el Puerto Espacial Europeo de Kourou, en la Guayana Francesa. El lanzamiento estaba previsto para ayer jueves, pero tuvo que ser aplazado durante 24 horas, después de una reunión técnica en la que se decidió cancelarlo a última hora. Finalmente, a pesar de las condiciones meteorológicas, los satélites han podido despegar con éxito.
El programa está auspiciado por la Unión Europea, aunque hay algunos otros países no miembros de la UE que participan en él.
A diferencia del conocido GPS
estadounidense, y esta es una de las principales razones, sino la
principal, para que se haya acometido su puesta en marcha, Galileo está
concebido como un sistema para su uso civil, mientras que el GPS fue diseñado para su uso militar.

De
hecho, el GPS transmite sus señales con dos tipos de códigos, siendo el
civil menos preciso que el militar, e incluye en su diseño la capacidad
introducir errores al azar en las señales para dificultar su uso por
parte de aquellos que no tengan un receptor militar con las claves
adecuadas, aunque de hecho esta característica no se usa desde el 1 de
mayo de 2000 y los futuros.
Además, el gobierno de los Estados
Unidos conserva la capacidad de cerrar el uso civil del GPS, lo que
podría suceder por ejemplo durante una guerra, aunque es cierto que
Galileo también podría ser desactivado por motivos similares.
30 satélites en órbita

Los satélites que forman parte de Galileo, además, tendrán órbitas más inclinadas que los del sistema GPS, por lo que su funcionamiento será más preciso en latitudes altas –cerca de los polos– que este o el del sistema GLONASS ruso. Estas órbitas tendrán 23.616 kilómetros de altitud, y cada satélite tardará unas 14 horas en dar la vuelta a la Tierra.
Eso sí, Galileo tendrá también dos tipos de señales, una de uso
gratuito, con una precisión aproximada de un metro a la hora de fijar la
posición del receptor, y otra más precisa se reservará para aquellos
que paguen por usarla y para usos militares.
En
cualquier caso, está previsto que los futuros satélites GPS incorporen
los equipos necesarios para que ambos sistemas puedan ser usados de
forma combinada.
La idea es también que suceda lo mismo con los
receptores y que en el futuro estos vengan equipados para recibir
señales de los satélites GPS y de los del sistema Galileo. Como no podía
ser de otro modo en un proyecto de esta complejidad y en el que hay que
dar cabida a los intereses de múltiples naciones, Galileo acumula ya
años de retraso y hubo momentos en los que pareció casi segura su
cancelación.
En la actualidad, superados estos problemas, no se espera que esté completamente operativo hasta 2019, aunque según lo previsto podría empezar a dar algunos servicios en 2014.
Primeros pasos

Los
dos satélites que se ponen esta semana en órbita, bautizados como Thijs
y Natalia, un niño de 11 años de Bélgica y una niña de 9 de Bulgaria
ganadores de un concurso de dibujo sobre el sistema Galileo, forman
parte de los cuatro de la serie IOV, In Orbit Validation,
Validación En Órbita, que serán usados para acabar de comprobar la
validez del diseño tras las pruebas llevadas a cabo con los dos
satélites GIOVE, lanzados ya en 2005 y 2008.
Esos satélites IOV tienen un diseño ya muy similar al de los satélites definitivos, conocidos como FOC, Full Operational Capability,
o de Capacidad Operativa Completa, aunque aún les faltan cosas como
unos emisores-receptores que serán utilizados para captar y retransmitir señales de socorro de balizas situadas a bordo de vehículos.
El plan es lanzar los otros dos IOV en 2012 y luego ir completando lo antes posible el lanzamiento de los otros 26 satélites, hasta alcanzar el total de 30 previstos, que incluye 3 de repuesto por si falla uno de los otros.
La
gran duda es si una vez superados, al menos aparentemente, los
problemas iniciales del sistema, seguirá habiendo la voluntad política
no solo de seguir invirtiendo en acabarlo, sino en mantenerlo luego en
funcionamiento.
Otra curiosidad del lanzamiento de este viernes, por cierto, es que ha sido la primera vez que un lanzador Soyuz despegue de Kourou, algo en lo que la Agencia Espacial Europea y Roskosmos llevan años trabajando.
Fuente: RTVE