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jueves, 14 de marzo de 2013

Curtido Piel de Conejo


Quería compartir con vosotros mi última experiencia en el curtido de pieles.
La piel que he usado a sido de conejo cazado con arma de fuego. El disparo fué demasiado cercano, por lo que no he podido aprovechar la piel entera.
Los materiales que he empleado han sido:
- Sal de cocina.
- Corteza de pino (Pinus Sylvestris).
- Hacha pequeña.
- Cuchillo (de fabricación casera).
- Botella de refreso 2 l. (vacía).
- Cordino.

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El proceso:

En primer lugar he atravesado las patas traseras (entre el hueso y el tendón) con un palito para mantenelas separadas y poder colgar al animal de una rama con el cordino. He practicado dos cortes en forma de "Y" en las patas traseras y he continuado por el vientre hasta las patas delanteras donde he vuelto a cortar en "Y". Con ayuda del cuchillo se retira la piel de la carne.
Apoyando la piel bien extendida sobre una tabla, se raspa con cuidado la piel hasta que retiramos los restos de grasa y la mebrana que protege la piel interna del conejo.
Cubrimos la parte carnosa de la piel con una capa de sal de cocina y la doblamos con el pelo para afuera. La dejamos así 24 horas.
Cuando vamos a eliminar la sal, es mejor sumergir la piel un rato en agua hasta que se ablande y entonces procedemos a retirar la sal. Una vez ablandada y retirada toda la sal HAY QUE SOBAR LA PIEL POR EL LADO CARNOSO, esto es sujetando ambos lados de la piel con las manos y haciendola correr por una arista NO CORTANTE flexionando ligeramente el cuero. Y esto lo hacemos en todas las direcciones hasta que esta
se estire y recupere la flexibilidad.

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Para preparar el licor curtiente he usado corteza de pino pulverizada mezclada con agua hasta formar




una pasta con la que cubro la piel (esto me sirve para saber la cantidad que necesito).



A continuación meto la piel con el curtiente en la botella de refresco y la lleno de agua.


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Y la dejo así 72 horas, removiendo tres o cuatro veces al día.
A continuación se saca de la botella y se lava con abundante agua. Se deja secar en un lugar seco y a la sombra, pero no demasiado tiempo por que se corre el riesgo de que quede como el cartón. La piel tiene que conservar cierta flexibilidad. Y por último se engrasa con aceite de oliva o grasa para cuero Y SE VUELVE A SOBAR LA PIEL hasta que quede flexible.

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Este es el resultado.