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lunes, 18 de noviembre de 2013

Como sabéis los que recordéis mi anterior entrada sobre comida deshidratada, la uso en mis acampadas y la hago yo mismo en casa. Os sorprenderéis si probáis lo bien que quedan platos como una salsa boloñesa o una simple salsa de tomate. Además de las ventajas de conservación, el peso en la mochila se reduce al mínimo, la comida es una de las cosas que más peso añaden al equipaje. Solo hay que hidratar con el agua que consigamos por el camino.

Os enseño un ingenio casero que llevaba tiempo pensando hacer y que ayer, por fin, me dio por emprender. Más barato, imposible.


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Llevaba tiempo pensando en hacer así comida deshidratada en invierno, ya que el secadero solar no puede usarse. Viendo mi calefacción (en este caso una catalítica, pero basta con adaptar la idea a lo que se tenga), empecé a pensar que todo ese aire caliente que asciende se podía usar para secar alimentos. En este caso, al ser este tipo de calefacción, mejor no ausentarse con el sistema montado ante posibles incendios. Aunque ya he comprobado que no se recaliente excesivamente.

El principio es el de siempre: un circuito para que el aire caliente atraviese la caja secando poco a poco la comida. Entrada de aire en el lado opuesto a la salida. Aquí podéis ver la caja terminada, de aspecto cutre, lo confieso, no me llevó ni diez minutos.



La salida de aire es sencillamente dejando la tapa entreabierta. Pero funciona muy bien. Si alguien quiere matarse más y hacerlo más bonito, en madera, fiambreras plásticas, etc.; pero así, al fin y al cabo, ya funciona que es lo que buscamos.

De soporte, unos alambres cruzados para sostener unas bandejas, y listo. Cada cual que use su solución, lo mío ha sido según los materiales disponibles. Ahora tengo solo una bandeja puesta, pero está hecha para dos.



Está tirado de fabricar. Basta una caja que no haya tenido cosas raras dentro que dejen olores o sustancias tóxicas, un poco de alambre o cuerda para hacer soportes para las bandejas, unos cortes para la entrada y salida de aire, unas bandejas de cartón y un poco de papel de aluminio. Y no gasta nada porque la calefacción va a estar puesta de todos modos.

Aquí podéis ver un guiso de carne picada que queda perfecto deshidratado: chile con carne. Como se ve, ya está seco, agrietado como un suelo árido.


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Las cosas muy jugosas como esta receta, salsa de tomate, etc., se secan sobre papel de horno. Una vez secas se despegan del papel fácilmente y quedan listas para conservarlas en una bolsa zip, por ejemplo. Eso que veis son dos raciones bien abundantes, se reduce muchísimo el volumen.

Otro día os pongo la manera más práctica y económica de usar en marcha estas comidas deshidratadas